jueves, 29 de enero de 2009

Síndrome de Diógenes cibernético

Tras el paso por alguna que otra party (o lan-party como también les llaman), siempre me he dado cuenta de detalles que me han llamado la atención. No me refiero a la capacidad del ser humano de dormir sobre su propio ordenador (hecho que me ha demostrado la capacidad de aguantar peso de los teclados), o a la de los amiguetes que juegan a poner cosas sobre el que duerme y el que lo despierta pierde, o a la capacidad de correr muerto de sueño detrás de los amiguetes que te han puesto esas cosas mientras dormías, o que te toque aguantar despierto los tres días, solo por el hecho de no querer darle la oportunidad a un amigo cabroncete, que se dedica a tirarte fotos mientras duermes, para luego mostrar al mundo una de tus facetas mas tiernas (siempre y cuando sean fotos y no se dedique a grabar tus ronquidos).

Lo que me ha sorprendido siempre, y me incluyo en el conjunto de seres humanos que lo realizan, ha sido la capacidad de acumular el montón de información (resumamos el amasijo de fotografías, vídeos, películas, series, imágenes chocantes, porno, música y software en la simple y llana palabra información). Al final resulta enfermizo, entrar en todas esas carpetas compartidas o las listas personales del DC++ (o programas similares) de los amigos, ves basura a raudales. Te pones a ver todo lo que comparten y preguntas al poseedor ¿pero todo esto lo has visto o vas a verlo alguna vez? la respuesta suele ser típicamente que no a ambos tiempos verbales (o no y no sé), el caso es que acabas descargándolo todo por si acaso. A veces no sé, parece que se quiera guardar por si viene una glaciación y nos toca quedarnos atrapados en casa, me imagino la escena:

- ¡¡Oh!! ¡vamos a estar semanas sepultados en la nieve!
- ¡Tranquilos, tengo las cuatro temporadas de House!

Claro, ya nada puede pasar, si viene un oso polar a comernos, pues nada se le invita a ver House y quien sabe... quizá traiga algún hallazgo... o quizá sea el oso que sale en Lost, por lo que habrá que usar palanca y un poco de paciencia para poder meter al oso polar en tu disco duro, pero vamos, nunca se sabe, el mundo es un lugar misterioso.

El caso es que te das cuenta que la gente descarga por el simple hecho de coleccionar, también por el mero hecho de tener disco duro suficiente, quizá también porque vas a una party y te mola decir, así como el que habla de golondrinas, Na... pues pasaba por aquí y me he dicho, "pues mira voy a compartir estos cinco teras de hallazgos con los plebeyos estos" y quedas como Dios.

También, porque la gente que comparte estas aficiones se pica a comentar hallazgos que... como no, necesitas tener en tu frágil soporte de información, para algún día poder disfrutarlo... tengo mi móvil repleto de nombres de películas y series raras para.. ejem, comprarlas. Pero conforme vas recibiendo información sobre nuevos hallazgos, empiezas a cambiar de soporte esos que te metiste anteriormente, que te prometiste ver algún día y aún no lo has hecho, por otros que te prometes ver antes de volver a hacer un trasiego de datos de ese tipo y que por cierto, te adelanto que no verás. Vamos... acumular basura por si algún día me pasa algo y me quedo en casa atrapado.

Mi conclusión tras todos estos años de ver la evolución de buscar servidores ftp en Yahoo, o usar el protocolo Archie, la aparición de Napster, gnutella, limewire, el eDonkey2000, Morpheus, eMule, Bittorrent, Pando... buff.. la solución es que da igual, borra, no pasa nada, siempre podrás volver a bajar o pedirlo a un amigo... (eso sí, siempre que sus derechos no hayan sido comprados en tu país).

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